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¿Puedo mejorar mi resiliencia con el CrossFit?

La resiliencia es una habilidad psicológica que ha ido creciendo en popularidad con el “boom” de la Psicología Positiva. Y lo cierto es que dada su importancia para el bienestar psicológico, merece la pena indagar en este concepto para responder a la pregunta más importante que sugiere: ¿la resiliencia se puede aprender?

¿Qué significa ser resiliente?

Antes de proseguir, definamos el concepto. Éste, se ha usado tradicionalmente para definir la capacidad de un material para recuperar su estado inicial tras haber sido sometido a un agente perturbador. Desde la década de los 90, empezó a usarse para describir esa misma cualidad en el comportamiento humano.

En este sentido, la resiliencia se considera una adaptación positiva a una situación adversa. Ser resiliente sería esa capacidad para mantenerse dentro de los niveles estables de funcionamiento físico y psicológico pese a la adversidad (Morán, Vicente, Sánchez y Montes, 2014 en Ginés-Silva, et. al, 2019).

Pero, de algún modo todos recuperamos la normalidad tras un evento traumático, ¿no? La diferencia está en el cómo. Imagina que todos tenemos una barrita de energía vital. Un evento negativo consume la energía vital de la persona no-resiliente y con el tiempo los niveles vuelven a su estado inicial. Una persona resiliente no sólo no sufre ese déficit sino que su energía vital crece a consecuencia del evento (sobrevivir vs. supervivir).

¿De dónde viene la resiliencia?

El siguiente paso para entender la resiliencia es ver de dónde viene. Si se viene con ella de serie o aparece fruto de nuestras experiencias, ¡o quizá sea una mezcla de ambas! Así pues, hay tres abordajes para conceptualizar la resiliencia: quienes la consideran como un rasgo, como un resultado o como un proceso (Hu, Zhang y Wang, 2015 en Ginés-Silva et. al, 2019).

  1. La resiliencia entendida como rasgo de personalidad preexistente protege al individuo frente a la adversidad y favorece el crecimiento personal. Este concepto se haría evidente a través de “factores de protección” como pueden ser el afrontamiento, la autoeficacia, el optimismo o incluso el sentido del humor (Grafton, Gillespie y Henderson, 2010).
  2. Otros autores han conceptualizado la resiliencia como un proceso dinámico. Tener experiencias frecuentes en las que una persona haya superado con éxito la adversidad le va aportando herramientas para el futuro. Este abordaje entiende la resiliencia como un factor dinámico, es decir, que se puede aprender.
  3. La tercera línea de investigación sugiere que la resiliencia es un recurso que emerge de forma natural en el ser humano para afrontar la adversidad y que puede verse favorecido por factores externos. Este paradigma entiende la resiliencia como “una energía o fuerza que empuja a una persona desde la supervivencia hasta la autorrealización” (Richardson, 2000 en Grafton et. al, 2010).

Para satisfacer mi eterno deseo de moverme en los grises y no pensar en blanco o negro, vamos a quedarnos con esto último. El potencial para ser resiliente reside de forma natural en cada uno y si se dan ciertas circunstancias, ésta puede emerger para ayudarnos frente a la adversidad. Ahora bien, ¿cómo puedo “precipitar” este proceso?

¿Qué necesito para ser resiliente?

Descubrir este potencial en ti mismo empieza desde dentro. Y aunque esto sin duda tiene su vertiente espiritual, me quiero referir más a constructos como el autoconocimiento, la motivación o la autoeficacia (más pertinentes a este blog). Tener algo que responder al por qué de tu existencia, al cómo y al cuándo es un prerrequisito esencial para la resiliencia.

Pero como hemos visto, tienen que darse ciertos elementos situacionales para que esta habilidad emerja. Y la realidad es que no todos nos vamos a ver en situaciones extremas que faciliten este proceso, ni vamos a estar esperando a que esos suceda para aprender a ser resilientes. Así que usemos lo que tenemos: ¡el CrossFit!

resiliencia
Katrin Davidsdottir en el podio de los 2018 East Regionals. Fuente: CrossFit

“Tengo mis medallas de oro metidas en una caja. La medalla de plata la llevo siempre encima. Todos necesitamos perder.” – Katrin Davidsdottir

Sobre su segundo puesto en Regionals en 2018.
  • Puede sonar a locura, pero algunos WODs pueden volverse existenciales. Un Murph, un Chad o 1,000 burpees for time pueden llevarte a un rincón muy oscuro. Ahí tendrás opción de usar esta energía vital para perseverar y crecer, o dejarte vencer por la adversidad.
  • Busca activamente el fracaso y acepta sus enseñanzas. Fallar puede ser el mejor maestro de todos si nos abrimos a sus lecciones. No protejas a tu ego. Le estás cerrando la puerta a la resiliencia. Aprende a aprender y reducirás tu vunerabilidad al estrés en el futuro, si te permites crecer después de una derrota.
- Gínez-Silva, M. J., Astorga, C. M., & Urchaga-Litago, J. D. (2019). Resiliencia psicológica a través de la edad y el sexo. Revista INFAD de Psicología. International Journal of Developmental and Educational Psychology.4(1), 85-94.

- Grafton, E., Gillespie, B., & Henderson, S. (2010, November). Resilience: the power within. In Oncology nursing forum (Vol. 37, No. 6).

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