Locus of control in CrossFit: external or internal?
external locus of control
James Newbury at the Australian CrossFit Championship. Source: Instagram of Australian CrossFit Championship.

We all love ourselves a good black and white kind of dichotomy. Regardless of the content, as humans we need to find someone to blame for the events that surround us. For survival purposes, it has proven its worth time and time again. Finding the causes of certain situations provides useful information.

In this sense, there is a certain tendency when it comes to defining our perceived control. Some people may tend towards externalizing control while others may consider that events depend entirely on their actions. So, we will either be placing control in our environment or in ourselves.

Julian Rotter (1966) described this construct as “locus of control”. It could be internal or external. All of us, to some extent, either assume responsibility for situations or we give that role to the environment.

How can locus of control influence sport?

In one particular study, Jambor and Rudisill (1992) came across an interesting finding. Athletes with external locus of control usually preferred group sports. On the other hand, athletes who had shown internal locus of control, went for individual sports.

For athletes with external locus of control, success in any sport will be considered a result of luck, coincidence, high performance of their teammates or poor performance of their rivals. In contrast, athletes who perceive more control of the situation, will explain their success as a direct consequence of their training methodology, nutrition or personal effort.

You may be thinking that internal locus of control is best at predicting high performance in sports but that all depends on the modality and particular situations. In teams, athletes who internalize control depends on their teammate completing their portion of the workout to advance. This may increase levels of impatience and frustration. Individual athletes with external locus of control may blame their judge for continuous no-reps resulting in hindered performance. Thing is: every situation will demand its own attribution and it’s important to learn the difference.

“If it’s something I don’t have control over, I have to just accept whatever happens”

– Mat Fraser in an interview with Craig Richey

In a recent interview, Mat Fraser talked about using to-do lists on a regular basis. He explains that he only writes down things that are under his control and what he’s going to do to control it. Anything that falls outside of that category, doesn’t make the list. He just accepts those consequences, whatever they may be.

If I succeed, it’s on me; if I don’t…it’s on everyone else

There’s nothing essentially wrong with this tendency in attributions. We’re just protecting our self-worth by deflecting responsibility in failure. That doesn’t mean we shouldn’t try to catch ourselves negating our control over certain situations. Before pointing fingers, figure out if you’re giving yourself credit when it’s due.

Outside in

If a judge is no-repping the crap out of you, don’t wait til the end of the event to get all passive-aggressive and post your sad story on Instagram. Own your responsibility. Maybe you weren’t getting below parallel on the squat or you weren’t locking out those elbows on the muscle-up.

This is a very common situation with top-level CrossFit athletes. Jeff Evans, Brooke Ence, Mat Fraser, etc… have all had their issues with judges at certain points. Sometimes they were right. Sometimes they weren’t. Here’s somebody who’s never had that problem: Rich Froning. Deliberately completes range of motion for every rep to leave no doubt and decrease the chances of being no-repped. Hence, assuming control of his responsibility as an athlete.

external locus of control
Emily Bridgers (left), Lauren Fisher (center) and Chyna Cho (right). Source: Wodapalooza

Inside out

If you’re going team and you’re in the midst of a heated relay, you may get nervous when it comes down to your last athlete. Maybe they’re not going as fast as you’d like them to, but you can’t change that. Your score depends on their performance, it’s on them at this point. All you can do is cheer them on to fuel the fire.

Many of these “super teams” that are showing up at the Games prove that they’re no more than “sum of individuals” instead of cohesive group. Team communication and knowing your teammates, head-to-toe, is neglected in many cases. This leads to failed no-reps in synchro events and just flat-out frustration.

Sure, locus of control depends on our personality type but it’s still “relatively stable”, meaning it’s not set in stone. You can learn to change the focus. In my experience, I’ve slowly learned to stop blaming others (judges, coaches, teammates) of my own personal faults. People will do their job as best they can and all I can do is care to my own. That applies to just about everything. Give responsibility to whoever owns it and you’ll see the benefits in performance. Not only when you win, but also when you need to cope with failure.

García, H. G., Muñoz, A.
P., & Crespo, J. L. C. (2017). Relación entre locus de control, ira y
rendimiento deportivo en jugadores de tenis de mesa. Cultura, ciencia y deporte: revista de
ciencias de la actividad física y del deporte de la Universidad Católica de San
Antonio, (35), 117-125.
Rotter, J. (1966).
Generalized expectancies for internal versus external control of reinforcement.
Psychological Monographs: General and Applied, 80(1), 1-28. 
Jambor, E. A., &
Rudisill, M. E. (1992). The relationship between children´s locus of control
and sport choices. Journal of Human Movement
studies, 22, 35-48.
control
Quién es responsable del éxito deportivo: yo o mi circunstancia

Ortega y Gasset ya dijo aquello de “Yo soy yo y mi circunstancia” y razón no le faltaba. Somos el producto de una interacción entre la persona y el ambiente. Y en una búsqueda incesante de información, intentamos señalar responsables. Es del todo adaptativo porque nos permite ejercer algún tipo de control en dichas situaciones.

Si bien es cierto que las atribuciones no siempre serán las mismas – recordemos que no todo es blanco o negro – sí que existe cierta tendencia en los individuos. Así, encontramos que hay personas que, de forma generalizada, piensan que lo que les sucede se debe a factores externos. Asimismo, hay otros que suelen creer que lo que ocurre a su alrededor depende de factores internos.

Rotter (1966) describió este concepto como “locus de control”, distinguiendo entre locus de control externo o interno. Cada uno de nosotros, de forma más o menos estable, o asumimos la responsabilidad de lo que nos rodea o le damos ese papel al entorno.

¿Qué relación tiene el locus de control con el deporte?

En un estudio, Jambor y Rudisill (1992) dieron con un interesante hallazgo. Los deportistas con un locus de control externo suelen elegir deportes colectivos. Por otro lado, los deportistas que puntúan alto en locus de control interno, se decantan más por los deportes individuales.

Para los deportistas del primer caso, el éxito deportivo lo explicarán como producto de la suerte o la casualidad, un rendimiento excelente de sus compañeros o demérito de los contrarios. Por el contrario, los deportistas con más locus de control interno, entenderán que su éxito es consecuencia directa de la calidad de sus entrenamientos, su esfuerzo y su dedicación.

Así a bote pronto puedes pensar que el locus de control interno es el que mejor predice la excelencia en el rendimiento deportivo pero todo depende de la modalidad deportiva y de la situación en particular. Un deportista con locus de control interno que depende de que un miembro de su equipo termine su porción del WOD, puede ponerse nervioso y sentirse impaciente – lo que puede esquilmar su propio desempeño -. Por otra parte, un deportista que culpe al juez por haberle negado muchas repeticiones puede sufrir un bajón de rendimiento. La cuestión es que cada situación exigirá su propia atribución y es importante que aprendamos a diferenciar.

“Si es algo que no puedo controlar (…) simplemente tengo que aceptar lo que ocurra’

Mat Fraser en una entrevista con Craig Richey

En una entrevista reciente, Mat Fraser habla de usar listas con tareas a realizar para su día a día. Advierte que en esas listas sólo entran las tareas que están bajo su control y cómo las va a controlar. Todo aquello que está fuera de su control, ni siquiera lo apunta; se limita a aceptar las consecuencias, sean las que sean.

Si ha ido bien, he sido yo; si ha ido mal… ha sido otro

Este doble rasero en las atribuciones no podía faltar. Y ocurre en todos los ámbitos del deporte en particular y de la vida en general. Cuando las cosas las hacemos bien, nos gusta colgarnos la medalla. Cuando las cosas no las hacemos bien, culpamos al tiempo, a los semáforos en rojo y al mismísimo Papa. Párate antes de señalar a nadie y dale el control de la situación al que tenga que ejecutarla en cada momento.

  • De externo a interno: Si un juez te está negando reps, no esperes al final del evento para ir a rendirle cuentas y echarle las culpas. A lo mejor no estás descendiendo por debajo del paralelo en la sentadilla o no estás bloqueando los codos en el muscle-up.

Esta situación se ha dado a menudo en CrossFitteros de talla mundial. Jeff Evans, Brooke Ence, Mat Fraser, etc… han tenido problemas con sus árbitros en determinados momentos. A veces tenían razón, y otras veces no. ¿Alguien a quien no le ha pasado nunca? Rich Froning. Deliberado en la ejecución de sus movimientos para disipar toda duda y facilitar la labor a su juez. Tomando control cuando realmente recaía sobre él.

  • De interno a externo: Si tu equipo está en pleno relevo y sólo queda un compañero sobre la pista, anímale para que vaya más deprisa. No te frustres ni te impacientes porque la cosa está en manos de tu compañero. Tú solo puedes animar.

Ahora con el boom de los super-equipos en los CrossFit Games, se empieza a ver qué equipos trabajan como un colectivo y cuáles son solo una “suma de individuos”. Muchas veces ocurre que hay errores en la comunicación. Uno de los compañeros está listo para seguir cuando otro aún necesita descansar. El éxito depende de la actuación colectiva y no está bajo el control de uno de los miembros.

locus de control externo
Emily Bridgers (izquierda), Lauren Fisher (centro) y Chyna Cho (derecha). Fuente: Wodapalooza

Vale que el locus de control depende, en gran medida, de nuestra personalidad pero es “relativamente estable”. No significa que sea una ciencia exacta al 100%. Puedes aprender a cambiar el foco. En mi experiencia te diré que pasé de culpar a los árbitros de mis derrotas a culparme a mí. El árbitro lo hará mejor o peor pero las que tenemos que meter los goles e impedir los del rival, somos nosotras. No el árbitro.

Y así ocurre con todo. Dale la responsabilidad al que le corresponda y verás cómo se dispara tu rendimiento deportivo y, sobre todo, tu afrontamiento del fracaso.

metas
Cómo afectan las metas deportivas al rendimiento

Cuando uno se plantea embarcar en cualquier empresa, es importante empezar con buen pie. Eso marcará nuestro éxito o fracaso. No obstante, nos ha pasado a todos que a lo largo del camino van surgiendo obstáculos. Éstos nos hacen dudar de nuestra capacidad para alcanzar las metas. Incluso pueden conseguir que abandonemos nuestra ruta.

Pienso que hay una herramienta infalible a la hora de mantenernos firmes en nuestros pasos: establecimiento de objetivos. No es tanto una creencia personal sino que, además, está avalada por la literatura. Plantear objetivos – de forma correcta – facilita el logro de metas y la satisfacción a lo largo del proceso.

NB: Para este artículo vamos a centrarnos en el ámbito deportivo, pero es algo aplicable a cualquier área vital.

Ventajas de marcarte objetivos

1.     Me permite conocer mis progresos

¿Quién no ha querido lanzar la comba por la ventana tras darse el latigazo nº 8902 aprendiendo a hacer saltos dobles? Cuando estamos persiguiendo una meta, hay muchos instantes de decaimiento. Sentimos que nos hemos estancado y que, por mucho empeño que le pongamos, no avanzamos.

Una buena forma de paliar esta sensación es a través de los objetivos. Bien programados, nos permiten dar pequeños pasos en el aprendizaje de movimientos complejos. Desmenuza el movimiento en sus partes más simples. Domina lo básico y avanza desde ahí.

2.     Me da una sensación de control

El CrossFit es un deporte que, para la mayoría de nosotros, es toda una odisea. Al principio oyes hablar de porcentajes de RM, arrancadas, flexiones de pino y demás virguerías y estás más perdido que un pulpo en un garaje. Una vez que vas creciendo en el deporte, empiezas a dominar la jerga y los movimientos.

Es entonces cuando un buen coach te irá quitando los ruedines para que empieces a experimentar por tu cuenta (en el Open Box por ejemplo). Llegados a ese punto, ya sabemos lo que tenemos que mejorar y cómo hacerlo: a través de mini-objetivos. Establecer objetivos según las necesidades que tú mismo detectes, te dará una mayor sensación de control (lo que incrementará tu satisfacción).

3.     Me hace enamorarme del proceso

Cuando empezó mi madre con el CrossFit era incapaz de saltar a un disco de 5 kg. Saltar sin más le daba pánico. Pues bien, progresivamente fue trabajando los saltos. Primero, con zancadas. Después, pisando como si fuera un escalón. Hasta que un día, motu proprio, decidió pegar el salto. Ese mismo día saltó un disco de 10 kg y otro de 5 kg encima. 

Quizá lo más adictivo de establecer objetivos e ir consiguiendo metas es que es un camino que no acaba. Cuando atraviesas una puerta, descubres que hay otras tantas. Pero como sabes que eres capaz de alcanzar tus objetivos, no te da miedo y lo afrontas como un desafío.

3 características de un objetivo bien plasmado

Ya hemos dejado claro que los objetivos son la clave del éxito y la perseverancia. Pero, como todo, hay formas y formas de hacerlo. Os voy a contar cuáles son las características de los buenos objetivos.

  • Realistas. Si no tienes ni una dominada estricta, no tiene sentido marcarse el objetivo de hacer butterfly pull-ups. ¡Empieza por el principio!
  • Medibles. “Ir a tope” como objetivo tiene sus carencias. “Acabar entre los 3 primeros en el WOD” o “Mejorar mi tiempo en Grace”, cumple la misma función pero además te permite saber si lo has logrado o no.
  • Temporalizados. Hay que plantear objetivos a corto, medio y largo plazo para cubrir. Las dominadas estrictas pueden ser metas a corto plazo; a medio plazo, las kipping pull-ups; y, a largo plazo, las butterfly pull-ups.

Estos son de mi propio huerto…

  • A la vista. Tengo en casa mi lista de objetivos colgado en la pared, para recordar la meta. Me ayuda a no olvidarme y así no desviarme del camino.
  • Tacha los que hayas conseguido, pero no los borres. Este es otro que para mí funciona a las mil maravillas. Al principio, como lo hacía a ordenador, perdía el registro de los objetivos logrados porque los sustituía con nuevos. Al no ver mis progresos y sólo las cosas que me faltaban, a veces me venía abajo.

Recuerda… ¡es una herramienta para principiantes y experimentados!

metas deportivas

Atletas de la talla de Mat Fraser o Ben Smith (ambos campeones de los CrossFit Games) usan los objetivos para planificar sus entrenamientos. Mat Fraser habla de objetivos que sean de “sí o no”, para saber exactamente si logra lo que se ha propuesto. Ben Smith empezó con el CrossFit en su garaje y tenía un papel donde ponía sus objetivos para controlar sus progresos… y así hasta ser el atleta con más participaciones consecutivas en los CrossFit Games.

Aunque ahora sean de los mejores atletas sobre la Tierra, recuerda que empezaron todos en la primera casilla, ¡como tú! Planifica tu camino y disfruta del proceso.