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Cómo vencer a la falta de motivación para el cambio

No hace falta que dedique ningún tiempo a explicar los beneficios de un estilo de vida activo para prevenir enfermedades y mejorar nuestro estado psicológico y físico. Sin embargo, motivar un cambio hacia este estilo de vida (y mantenerlo) es tedioso. Es un camino lleno de obstáculos que ponen a prueba nuestra motivación y autoconfianza.

El objetivo de este artículo es el de profundizar en el proceso de cambio, desde no querer cambiar a decidirse repentinamente a darle un giro a nuestra vida y cómo podemos hacerlo con éxito.

Las Etapas del Cambio

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Figura 1: modelo de las Etapas del Cambio (Prochaska y DiClemente, 1983).

Este modelo empieza en un estado precontemplativo en que la persona no considera el cambio; después, pasa a la contemplación, y evalúa pros y contras de hacer ese cambio; entonces pasa a la preparación, donde se compromete a trazar un plan; desde ahí, pasa a la acción para empezar el cambio; y finalmente, la persona trabaja para un mantenimiento a largo plazo mientras lucha contra oportunidades de recaída (DiClemente y Velasquez, 2002).

Cuando a alguien le cuesta comprometerse con una rutina de ejercicio es porque viven entre la contemplación y la precontemplación (resulta que el modelo es cíclico con razón). Los precontempladores dirán cosas como: “No necesito entrenar, me siento genial así como estoy.”; mientras los contempladores dicen: “Pero me siento tan bien cuando entreno y echo de menos esa sensación.”

Para los propósitos de este artículo, me centraré en dar claves a los contempladores que están considerando cambiar hacia un estilo de vida activo y cómo pueden asegurar un compromiso real. Precontempladores… ya hablaremos en otro artículo.

El punto de partida

Veamos cómo se puede pasar de inapetencia a deseo por el cambio. Mat Fraser comentó que su primera experiencia con el fitness le llegó a los 12 años más o menos. Estaba jugando al fútbol y lanzó la pelota lejos y otro niño le llamó “culogordo” y lo mandó a por la pelota. Se sintió tan mal que decidió cambiar su dieta y empezar a entrenar en su garaje. Comía latas de atún, bolsas de espinaca y hacía flexiones, sit-ups y corría en la cinta.

Para él, el punto de partida fue un comentario de un compañero, pero esto puede precipitarse de mil maneras. Hay gente que decide cambiar a raíz de una condición médica y otros que ven un vídeo de CrossFit en YouTube y deciden cambiar radicalmente su vida en los años siguientes (esa fui yo).

Algo debe apretar el gatillo y llevarte a considerar la posibilidad real de cambio, creando una tensión interna entre lo que eres y lo que te gustaría ser para que te preguntes si lo que estás haciendo ahora realmente es lo que quieres.

Contemplación

Cuando empiezas a considerar el cambio, puedes pensar que ya has hecho la mitad del trabajo. Pero, naturalmente, nunca es tan fácil. Aunque estés activamente buscando información sobre los pros y las contras de cambiar tus hábitos (llegando incluso a convertirte en un experto en la materia), puedes sufrir lo que Prochaska y DiClemente (1998) llamaron “contemplación crónica”.

Esto ocurre cuando encuentras que lo positivo y lo negativo asociado al cambio están equilibrados. Para cada ventaja encuentras un inconveniente y no terminas de desigualar la contienda. En este punto conviene acogerse al principio de cantidad y listar absolutamente todas las cosas que te vengan a la cabeza – por “absurdas” que puedan parecer -.

Llegará un momento en que algo sobresaldrá, ya sea ventaja o inconveniente, y te facilitará la toma de decisiones. En mi caso, cuando finalmente me planteé como objetivo llegar algún día a ser Rx en CrossFit, se desequilibró la balanza a favor del cambio. Estaba preparada para pasar de etapa.

Prepararse para el cambio

Cuando ya tienes la fuerza de voluntad, toca desarrollar un plan detallado que te ayude a obtener éxito. Este plan debe ser “aceptable, accesible y efectivo” (DiClemente y Velasquez, 2002). Has de anticipar posibles barreras (situaciones precipitantes, claves del entorno, etc.) y también potenciales fuentes de apoyo.

La razón de ser de este análisis realista de las dificultades que puedes encontrarte por el camino es la de tener preparados planes para cada contingencia. La ambivalencia entre aproximarse o evitar el cambio no termina durante esta etapa, de modo que debemos ser conscientes de que podemos salirnos del camino en cualquier momento.

“No es como que le das a pause y cuando tienes una recaída, le das al play y empiezas donde lo dejaste. Tu adicción está ahí fuera haciendo flexiones. Se está haciendo más fuerte.” – Mat Fraser

Hablando de cómo superó el alcoholismo en una entrevista.
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Mat Fraser en su garaje en Vermont. Fuente: NZ Herald.

Cómo se mantiene el cambio

Antes de nada, dejar claro que el mantenimiento lleva más de 21 días. Incluso tras 6 meses de acción puedes tener una recaída y volver al primer escalón. Entonces, ¿cómo mantenerse en el camino?

La variable que va a determinar el éxito en el proceso de cambio es la autoeficacia. Saberse capaz de completar una tarea te mantiene vivo frente a las dudas, situaciones de riesgo e incluso recaídas. Por eso es importante que tengas un rol activo en todo el proceso para que cada pequeña victoria lo cuentes como consecuencia directa de TUS acciones.

  • La recaída es una posibilidad muy real

¡Sorpresa! No, no estás a salvo. ¿Cuántas veces ha pasado que alguien deja de fumar durante 10 años y, de repente, vuelve a caer? Cuando les preguntas, ni siquiera saben cómo pasó pero se dejan llevar desde ahí y parece que todos esos años limpio fueron en vano… ¿o lo fueron realmente?

Debes entender que aunque tu estés dispuesto a cambiar y preparado para actuar, tu entorno no tiene por qué hacerlo contigo. Quizá tu familia siga abusando de comidas ultraprocesadas o tus amigos sigan presionando para que salgas de fiesta. No vas a cortar hilos con tus amigos y tu familia, así que debes apoyarte en eso que mencioné antes (la autoeficacia, ¿recuerdas?).

  • Pero si acabas cayendo…

Una de dos: o vuelves a la etapa de precontemplación o terminas alcanzando el deseado mantenimiento. La autoeficacia ataca de nuevo. Si la recaída te confirma esas dudas y autodiálogo negativo (¿ves como no podías conseguirlo?), entonces volverás al principito con 0 motivación para volver a empezar.

Sin embargo, si tu autoeficacia está trabajada y entiendes la recaída como un inconveniente temporal, podrás aprender de ello: ¿por qué ha pasado y cómo puedo prevenirlo? Reciclarás tu plan de acción y encontrarás soluciones personalizadas. Cuando empecé a cambiar mi nutrición, primero fue lo de contar macros; después, pasé a una dieta estricta de realfooding; y ahora, me he mantenido con una dieta vegana y ocasionalmente vegetariana, baja en ultraprocesados y no demasiado restrictiva (porque esto solía precipitar abandonos de la dieta).

Si hiciste los deberes cuando te preparabas para el cambio, quizá ya sepas por qué tuviste la recaída. Además (y quizá esto llegue de sorpresa), ¡no todo es una recaída! Sólo porque te saltaste la rutina un día, no significa que tengas que abandonar durante 3 meses. Si tu autoeficacia sigue fuerte, aparecerás al día siguiente listo para dar guerra. El cambio es una batalla diaria que se alimenta de cada pequeña decisión que tomamos en el día; asegúrate de que se quede con algo de hambre.









- DiClemente, C. C., y Velasquez, M. M. (2002). Motivational interviewing and the stages of change. Motivational interviewing: Preparing people for change2, 201-216
- Prochaska, James O., y Carlo C. DiClemente. "Stages and processes of self-change of smoking: toward an integrative model of change." Journal of consulting and clinical psychology 51.3 (1983): 390.
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How to deal with lack of motivation to change?

We all now of the importance of keeping an active lifestyle in order to prevent diseases and improve our physical and mental wellbeing. However, the road to change (and maintaining this situation) is a treacherous one and it definitely isn’t a straight path. It’s filled with obstacles that’ll test our motivation and our self-belief.

The goal of this article is to unravel the process of change going from not wanting to change a thing, to suddenly deciding to turn our worlds upside down and how we can accomplish this.

The Stages of Change

Figure 1: Stages of Change model (Prochaska & DiClemente, 1983).

This model starts off at a precontemplative state where the person isn’t yet considering change; going onto contemplation, where the person starts to evaluate pros and cons of actually changing; then, moving to the preparation stage, where commitment is secured and a plan starts to take shape; leading to taking action to begin actual change; and finally, the person works towards long-term maintenance while battling opportunities for relapse (DiClemente & Velasquez, 2002).

When someone has trouble committing to a workout routine it’s because they’re going back and forth between precontemplation and contemplation (turns out the model is cyclical for good reason). Precontemplators will say things like: “I don’t need to workout, I feel perfectly fine the way I am now.”; while the contemplators say: “But I feel good when I get my workouts in and I miss that feeling.”

For this article’s sake we’ll be focusing on giving tips to contemplators who are considering changing towards an active lifestyle and how they can lock down a serious commitment to change. Precontemplators… we’ll have a little talk in another article.

The tipping point

Let’s look at how someone transitions from unwillingness to readiness for change. Mat Fraser once commented that his first experience with fitness was when he was about 12 years old. He was playing soccer and kicked the ball so far out that another kid called him a fat-ass and sent him off to get the ball. Mat felt so bad that he decided to change his diet and start working out in his garage. He started eating cans of tuna, bags of spinach and doing pushups, sit-ups and running on the treadmill.

For him, the tipping point was a comment made by another peer, but these causal factors can come from all sorts of places. There’s people who decide to change because of serious medical illness and others who watch a CrossFit Games event on YouTube one day and drastically change their lifestyle the years following that (this was me).

Something must trigger you into actually considering the possibility of change. It must create a sort of inner tension between your ideal self and your real self to make you question if what you’re doing right now is really cutting it for you.

Contemplation: the tricky point

Once you begin to seriously ponder the possibilities ahead, you may think you landed on the green. But, of course, it’s never that easy. Although you’re actively gathering information about the pros and cons of the unwanted behavior and the one you’re striving for (even becoming experts on the subject!), you can suffer what Prochaska & DiClemente (1998) called “chronic contemplation”.

This happens when you find that the positives and negatives associated to the unwanted behavior are in equilibrium. It’s like you counterattack every con with a pro and it’s a tight race between the two. Here’s where you need to get creative and list every single thing that comes to mind (however “stupid” they may sound).

At some point, something will take over (either pro or con), and it’ll clear up the path for you. In my case, once I legitimately set the goal to become an Rx athlete, I decided to go for change and was ready to make a move.

Preparing for change

Once you got the willpower, you have to develop a detailed plan that will help you be successful. This plan needs to be “acceptable, accessible and effective” (DiClemente & Velasquez, 2002). You need to anticipate possible barriers (triggering situations, environmental cues, etc.) and also identify potential support systems.

The point of making a realistic assessment of the difficulties you can find down the road is to be prepared for each of these contingencies. The ambivalence between approaching or avoiding change doesn’t stop during this stage, so we need to be aware of the fact that we may fall off the tracks at any point.

“It’s not like you press pause and when you relapse, you press play and start where you left off. Your addiction is out in the parking lot doing pushups. It’s getting stronger.” – Mat Fraser

Discussing his path to sobriety in an interview
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Mat Fraser in his garage gym in Vermont. Source: NZ Herald.

Maintenance: how do you keep it alive?

First, let me say that maintenance takes more than 21 days. Even after 6 months of action you can still relapse and return to square one. So, what to do to help keep the ball rolling?

The one variable that can make or break the process of change is self-efficacy. Knowing you have the ability to succeed in a certain task keeps you moving in the face of self-doubt, external triggers and even relapses. That’s why it’s important that you play an active role in the process of change on the whole, so that you experience success as a byproduct of your own actions.

  • Relapse is a very real possibility

Spoiler alert! You’re not out of the woods yet. How many people have successfully quit smoking for 10 years and all of a sudden just fall back into it? When you ask them, they don’t even know how it happened but ride the wave anyways and all those years of “maintenance” feel useless… or are they really?

You need to understand that you may be willing to change and prepared to act; but your environment won’t necessarily change with you. Maybe your family keeps eating junk food or your friends keep pressuring you into going out for drinks with them. You can’t just cut clean from your friends and family, so you need to rely on that thing I mentioned earlier (self-efficacy, remember? stay with me!)

  • But if you do relapse…

It can go one of two ways: either you return to a precontemplative state or you successfully reach maintenance stage. Here’s where self-efficacy kicks in. If this relapse affects your self-efficacy to the point where it confirms what you knew all along (that you suck and you can’t change for shit), then you’ll go back to the very beginning with little to no energy to start over.

If, however, your self-efficacy is strong enough to know that this relapse is a minor setback, you’ll be prepared to learn from it: why did it happen and what can I do next time to prevent this? At this point, you might look into more personalized and effective actions. When I started to clean up my diet, I started counting macros; then I went to strict non-processed foods; and now I’ve settled with a “flexible” plant-based diet, low in processed foods and not heavily restricted (because I’ve found that restriction triggers abandonment).

If you did your homework when you started preparing for change, you probably know why it happened. Also, – and this may surprise you -, not everything is a relapse! Just because you skipped class one day, doesn’t mean you have to quit for 3 months. If your self-efficacy stays strong, you’ll show up the next day ready to get after it. Change is an everyday battle and feeds off every tiny decision we make throughout the day; make sure you keep it hungry.













- DiClemente, C. C., & Velasquez, M. M. (2002). Motivational interviewing and the stages of change. Motivational interviewing: Preparing people for change2, 201-216
- Prochaska, James O., and Carlo C. DiClemente. "Stages and processes of self-change of smoking: toward an integrative model of change." Journal of consulting and clinical psychology 51.3 (1983): 390.