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Autoeficacia: ¿por qué es importante creer en ti mismo?

Querer, ¿es poder?

Por definición, el rendimiento deportivo depende principalmente de nuestra capacidad para completar las tareas propuestas más rápido y mejor que nuestros rivales. La psicología deportiva ha destinado sus recursos a identificar las variables psicológicas que influyen en esa habilidad.

A primera vista, se había asumido que la fuerza de voluntad era lo suficientemente fuerte para mejorar el rendimiento: ese deseo de vencer al oponente, mejorar nuestras estadísticas y progresar como atletas. Por eso, la motivación había acaparado gran parte de la atención. Sin embargo, hemos visto a atletas muy capaces y altamente motivados sufrir bajones en su rendimiento; ¿por qué?

Resulta que había una variable psicológica actuando como telón de fondo. Habíamos asumido que el querer rendir sería suficiente para mejorar nuestros esfuerzos y no fue hasta que Bandura planteó la relevancia de creer realmente que uno era capaz, que se empezó a hablar de autoeficacia percibida.

¿Qué es la percepción de autoeficacia?

La percepción de autoeficacia es la creencia que tenemos sobre nuestra habilidad para influir sobre los eventos y producir el resultado deseado. En el ámbito deportivo, esta creencia había pasado desapercibida bajo el abanico de la motivación; y, sin embargo, ha probado ser muy decisiva en términos de rendimiento, por lo que requiere mención aparte.

Estas expectativas influyen en la iniciación de esfuerzos, el gasto que destinamos a esos esfuerzos y la duración de los mismos en respuesta a obstáculos (Bandura, 1977). Tiene sentido si pensamos en estresores deportivos específicos. Cuando aparece el fracaso, los atletas no cuestionan la fuerza de sus motivos, más bien se preguntan: ¿acaso soy lo suficientemente bueno?

Cómo mejorar las expectativas de autoeficacia

  • Gestión de expectativas. Estas expectativas deben cubrir dos dimensiones: eficacia y resultado. Por ejemplo, si quiero correr 5k en 20′, sé que correr a 4:00 min/km producirá ese resultado (expectativa de resultado) y si entreno a ese ritmo regularmente, incrementarán mis posibilidades de éxito (expectativa de eficacia). Cuando se crean esas expectativas, uno debe considerar también la dificultad de la tarea, su generalización (si es para una tarea en particular o para actividades en general) y la estabilidad o fuerza de las expectativas.
  • Alcanzar logros de rendimiento. Bandura considera que esta es la fuente de información más valiosa para las expectativas de autoeficacia. Lleva tiempo construir estas expectativas pero, sobre todo, dependen de la experiencia personal. Completar una tarea con éxito gracias a mis recursos, potenciará mi sentido de autoeficacia. Si encuentro fracaso en algún momento – que lo encontraré -, experiencias pasadas de logro me recordarán que la persistencia me traerá éxito.
  • Ve hacia el ojo del huracán. Evitar situaciones que pensamos que exceden nuestros recursos personales sólo alimentará nuestros miedos y expectativas de incapacidad. Seguro que muchos dudabais de vuestra capacidad para hacer el pino, o un snatch; pero después de conseguirlo finalmente, esa autoeficacia se fortaleció. “La autoeficacia es causa y efecto del rendimiento” (Moritz et. al, 2000), por lo que es importante involucrarse en situaciones “amenazantes” para tener experiencias valiosas.
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Scott Panchik en el sprint de los 2015 CrossFit Games. Fuente: CrossFit HQ

“Si no crees que puedas vencer a todos, mejor no vayas porque ya estás perdido.” – Scott Panchik

Fuente: entrevista con CrossFit HQ

El objetivo de este artículo era mostrar el impacto de la percepción de autoeficacia en el rendimiento deportivo. Es tan importante contar con unas habilidades deportivas específicas y gran motivación como lo es el sentirse realmente capaz de rendir mejor que el rival.

Mientras que muchas acciones se centran en mejorar habilidades deportivas y aspectos motivacionales, la autoeficacia tiende a dejarse en el olvido. Piensa en los atletas que están tan motivados y son físicamente tan capaces como sus rivales pero rinden por debajo de lo esperado. ¿Podría ser una autoeficacia debilitada lo que les mantiene un paso por detrás?











- Bandura, A. (1977). Self-efficacy: toward a unifying theory of behavioral change. Psychological review84(2), 191.
- Moritz, S. E., Feltz, D. L., Fahrbach, K. R., & Mack, D. E. (2000). The relation of self-efficacy measures to sport performance: A meta-analytic review. Research quarterly for exercise and sport71(3), 280-294.
autoeficacia
Self-efficacy: why is it important to believe in yourself?

Where there’s a will, there’s a way?

By definition, performance in sport is heavily dependent on our ability to complete given tasks faster and better than our opponents. Sport psychology has placed its efforts in seeking out psychological variables that influence athletic output.

At a first glance, one had assumed that willpower was strong enough to enhance performance: willingness to beat our rivals, to improve our stats, to progress as athletes. Therefore, motivational processes had caught up most of the attention. However, performance would suddenly go awry in very capable and highly-driven athletes. How come?

Turns out there was this one psychological variable that had been meddling in the process. We were on the assumption that wanting to perform would suffice to improve these efforts. It wasn’t until Bandura questioned the relevance of actually believing one was capable, that we begun speaking about perceived self-efficacy.

What is perceived self-efficacy?

Perceived self-efficacy is the belief that one has the ability to influence events and produce a desired outcome. In sports, this would be overlooked because somehow this perception had been engulfed by motivation, and yet it has proven to be quite decisive in terms of performance.

These expectations influence the initiation of coping efforts, the expenditure of said efforts and how long they will be sustained in response to setbacks (Bandura, 1977). It makes sense if we think about sport-specific stressors. When dealing with failure, athletes don’t question the strength of their motives, in fact they tend to ask: am I even good enough?

How to improve expectations of self-efficacy

  • Managing expectations. These expectations must tackle two dimensions: efficacy and outcome. For example, if I want to run 5k in 20′ I know that running an average 4:00 min/km will produce that result (outcome expectancy) and if I regularly train at this pace for an extended period of time, my chances of being successful will increase (efficacy expectancy). When creating these expectations one must take into consideration the difficulty of the task, the generality of the task (building self-efficacy for one specific task or for anything) and the stability of one’s expectations.
  • Creating performance accomplishments. Bandura considered this to be the most valuable source of information for expectations of self-efficacy. It takes time to build up these expectations but most importantly, it depends on personal experience. Having successfully accomplished a task thanks to my effort will heighten my sense of self-efficacy. And if I run into failure down the road, these past experiences will remind me that sustained effort ultimately brings success (“hard work pays off”).
  • Walk into the storm. Avoiding situations we believe exceed our personal skills will only feed our fears and self-debilitating expectations. I’m sure many of you struggled to get into a handstand the first time, or doing box jumps; but after you actually got it done it reinforced your sense of efficacy and helped break that mental barrier. “Self-efficacy is both a cause and effect of performance” (Moritz et. al, 2000), so it’s important to get involved in “threatening” situations in order to gain valuable experiences.
Scott Panchik at the 2015 CrossFit Games. Source: CrossFit HQ

“If you don’t believe you can beat everyone you might as well not show up because you’re losing already” – Scott Panchik (8x CF Games Athlete)

Source: interview with CrossFit HQ

The point of this article was to illustrate the impact of perceived self-efficacy on athletic performance. It’s just as meaningful to have an appropriate skill set and well-established motives as it is to believe one is actually capable of outperforming their competition.

While most actions are focused on improving sport-specific abilities and motivation, self-efficacy tends to be forgotten. Think of those athletes who are just as driven and athletically gifted as their rivals but fail to rise to the occasion. What if it’s a debilitated sense of efficacy what’s holding them back?










- Bandura, A. (1977). Self-efficacy: toward a unifying theory of behavioral change. Psychological review84(2), 191.
- Moritz, S. E., Feltz, D. L., Fahrbach, K. R., & Mack, D. E. (2000). The relation of self-efficacy measures to sport performance: A meta-analytic review. Research quarterly for exercise and sport71(3), 280-294.
cohesión grupal
Cohesión grupal: clave para formar un equipo exitoso

Debido a la pandemia, la temporada de competición ha encontrado un final abrupto para muchos deportistas estos días. Más concretamente, el impacto emocional en atletas de deportes colectivos puede afectar a la integridad de los equipos. ¿Cómo mantenerse unido cuando un año de entrenamiento y competición no ha servido para nada?

Todo se reduce a la cohesión grupal. Los equipos que pretendan sobrevivir a esta tormenta y continuar avanzando hacia sus metas, van a depender de su nivel de cohesión. El objetivo de este artículo es sumergirnos en este constructo: ¿qué significa y cómo puede desarrollarse?

¿Qué es la cohesión grupal?

La cohesión grupal ha sido definida como “la tendencia de un grupo a mantenerse unido para cumplir sus objetivos instrumentales y/o para satisfacer las necesidades afectivas de sus miembros” (Carron, Brawley y Widmeyer, 1998). El paso siguiente es descubrir cómo este constructo interactúa con otras variables psicosociales.

Uno de los factores que más influyen en el desarrollo de la cohesión grupal es el rendimiento colectivo. Si las cosas van bien, es más fácil estar unidos. No obstante, con el tiempo, se convierte en un ciclo que se retroalimenta a sí mismo en tanto que a mayor rendimiento, mayor cohesión; y a mayor cohesión, mayor rendimiento.

Pero, ¿qué ocurre cuando las expectativas no se cumplen? O cuando, de repente, te ves privado de la oportunidad de competir en los Games después de haber entrenado todo el año? Ahí ya no puedes depender del rendimiento para manteneros unidos; más vale que la cohesión grupal estuviera bien formada de antemano.

Cómo desarrollar cohesión grupal

Equipo Reebok CrossFit One en los 2019 CrossFit Games. Fuente: Rogue Fitness

Las intervenciones para “team building” centra sus esfuerzos en la mejora de la cohesión en dos direcciones: cohesión de tarea – percibir una meta en común hacia el que todos avanzamos – y cohesión social – percibir un sentimiento de pertenencia al grupo en un sentido más psicosocial. Se incluyen acciones como:

  • Maximizar puntos en común y minimizar puntos de discordia: aprender más sobre la idiosincrasia del grupo (tanto virtudes como defectos) fortalece el vínculo
  • Clarificar objetivos y límites que nos separan de otros equipos: ¿qué hace que mi equipo sea tan diferente y atractivo para mí?
  • Solucionar problemas como un grupo: los atletas tienden a esperar comportamientos autocráticos de sus entrenadores pero no de sus compañeros. Los comportamientos democráticos en procesos de toma de decisiones mejora la cohesión.
  • Sentimiento de pertenencia al grupo (en un sentido comportamental y cognitivo): la presencia de símbolos de unión entre compañeros (vestir con los colores del equipo, tener un chat de grupo, etc.) potencia ese sentimiento de pertenencia. Mi rol como “miembro del equipo” debe estar presente en mi identidad para fortalecer esa unión.
  • Establecer reglas de comportamiento: por ejemplo, reuniones de grupo obligatorias, períodos preestablecidos de convivencia antes de una competición, etc.

Liderazgo de atletas: una herramienta complementaria

El liderazgo de los deportistas puede ocurrir formal o informalmente pero su influencia a la hora de desarrollar cohesión grupal es innegable. Chelladurai y Saleh (1980) identificaron cinco dimensiones que explican la cohesión grupal:

  • Apoyo social (por ejemplo, ofrecer apoyo emocional a un atleta que sufre ante un fallo en competición)
  • Entrenamiento e instrucción (por ejemplo, ofrecer clave táctil a un atleta para ayudar a enlazar bar muscle-ups)
  • Feedback positivo (por ejemplo, premiar al equipo con vacaciones por ganar un torneo)
  • Comportamientos democráticos (por ejemplo, incluir a miembros del equipo en proceso de toma de decisiones)
  • Comportamientos autocráticos (por ejemplo, decidir unilateralmente un castigo al equipo por conducta inapropiada)

Los atletas pueden erigirse como líderes de forma espontánea como respuesta a una necesidad identificada en el equipo (más instrucciones técnicas, apoyo emocional, …) o formalmente siendo elegidos como capitanes de equipo. En cualquier caso, desempeñan un papel fundamental en el bienestar del grupo porque ayudan a gestionar las dimensiones de la cohesión grupal previamente descritas.

James Hobart comentó una vez que sus dinámicas de grupo eran claves para el éxito de CrossFit Mayhem Freedom. Lo ejemplificó con lo acontecido en un evento de los Games con rope climbs. Resultaron ser muy difíciles y, en un momento dado, se fijó en el resto de equipos y vio que la mayoría estaban chillándose los unos a los otros y perdiendo el control. Mientras tanto, Matt Hewett (compañero de equipo) estaba masajeando los antebrazos de una de sus compañeras para ayudarla a recuperarse para hacer otro intento de escalada.

En ese momento, su compañera necesitaba apoyo y un atmósfera de calma para intentar completar la tarea. Eso es lo que le ofreció Matt. Probablemente ningún otro compañero estuviera preparado para hacer algo así en ese momento, lo que convierte a esa acción en una increíble muestra de liderazgo y cohesión grupal.

Conoce a tu compañero; crece con tu equipo

The Traktor (de izda a dcha): David Mata, Rita García, José Pelufo y Silvia García en el Dubai CrossFit Championship en 2019. Fuente: thetraktor

La cohesión grupal, como hemos visto, se debe a numerosos factores. Sin embargo, parece haber un denominador común que tiene que ver con el conocimiento y la comprensión. Aceptar a tus compañeros de equipo como son, dejar que las dinámicas grupales evolucionen para adaptarles a las demandas específicas de cada situación y mantenerse fiel a las metas comunes es lo que mantiene unido al grupo frente a todo.

Si eres un atleta y sientes la imperiosa necesidad de canalizar tu competitividad en un deporte de equipo, no te centres sólo en lo que puedes aportar como atleta; decide primero cuál puede ser tu aportación humana al grupo y confía en que eso será lo que más os ayude a progresar.












- Carron, A. V. (1982). Cohesiveness in sport groups: Interpretations and considerations. Journal of Sport psychology4(2).
- Carron, A. V., Brawley, L. R., & Widmeyer, W. N. (1998). The measurement of cohesiveness in sport groups. Advances in sport and exercise psychology measurement23(7), 213-226.
- Chelladurai, P., & Saleh, S. D. (1980). Dimensions of leader behavior in sports: Development of a leadership scale. Journal of Sport and Exercise Psychology2(1), 34-45.
- Ramzaninezhad, R., Keshtan, M. H., Shahamat, M. D., & Kordshooli, S. S. (2009). The relationship between collective efficacy, group cohesion and team performance in professional volleyball teams. Brazilian Journal of Biomotricity3(1), 31-39.
- Vincer, D. J., & Loughead, T. M. (2010). The relationship among athlete leadership behaviors and cohesion in team sports. The Sport Psychologist24(4), 448-467.