¿Puede producirte estrés el CrossFit?

Cuando uno oye hablar de CrossFit por primera vez le pueden surgir muchas dudas. Por ahí se habla de que es como una secta, que es muy lesivo, e incluso que puede producir estrés por la alta intensidad.

Desmontar todos los mitos que rodean al «Deporte del Fitness» me da para un libro, así que para este artículo me quiero centrar en el tema del estrés. ¿El objetivo? Profundizar en el concepto del estrés y en la relación que mantiene con el deporte en general y el CrossFit en particular.

¿Qué es el estrés?

Oímos la palabra estrés prácticamente a diario y, por lo general, en un tono negativo. Solemos asociarlo a tensiones físicas y emocionales generadas por situaciones particulares, cosas y/o personas. Y, aunque esto pueda tener una porción de verdad, lo cierto es que sólo cubre la superficie del concepto.

La OMS lo define como «el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción» y, de esta definición lo primero que debemos entender es que el estrés es adaptativo. Es decir, sin este proceso, el ser humano no hubiera durado ni dos días en la Tierra.

Pero claro, las cosas nunca son tan fáciles y esta definición es algo simplista. Una más reciente y completa sería la del estrés como el conjunto de reacciones cognitivas, fisiológicas y conductuales que surgen tras la exposición a una situación cuyas exigencias podrían superar los recursos actuales del individuo.

Por lo tanto, y para ir allanando terreno, tenemos un individuo A enfrentado a una situación X. Esa situación puede ser desde una tarea laboral o el pago de una hipoteca hasta una ruptura sentimental o el último WOD del CrossFit Open. Es decir, que es el individuo el que debe percibir la situación como «potencialmente desbordante» para poder hablar de estrés.

Y… ¿es malo tener estrés?

En sí, no es malo, pero si la intensidad, duración y frecuencia de los síntomas de estrés son muy altos, podríamos tener problemas de salud física y mental. El estrés crónico produce una menor actividad del sistema inmune (lo que nos hace más vulnerables a sufrir enfermedades y lesiones), empeora los ciclos de sueño y patrones de alimentación, y puede provocar un desgaste emocional muy incapacitante.

Cabe señalar que existe una vertiente positiva en todo este proceso y es lo que algunos teóricos llaman eustress. Se trata de ese pico de rendimiento que se produce precisamente gracias al estrés. Por lo que, un proceso de estrés bien ajustado, no sólo no es malo, ¡sino que puede ser bueno!

Estrés, CrossFit y afrontamiento

Ya hemos definido el estrés y hemos dejado claro que no es un ogro. Ahora, podemos responder a la pregunta inicial con un rotundo y lógico «sí». Por definición, el CrossFit nos plantea retos para ponernos a prueba: 1-RM clean & jerk, máximos pushups en 1′, 1000 m de remo, etc. No sentirme capaz de levantar 70 kg, hacer más de 30 pushups o remar 1000 m en menos de 3′, puede precipitar un proceso de estrés.

Como no queremos cronificar el proceso, debemos aprender a usar el estrés en nuestro beneficio. Y para ilustrar esta idea, fíjate en la figura 1. En ella, vemos una situación hipotética en la que el individuo A debe buscar una 1RM de Clean & Jerk como parte del WOD.

Figura 1: ejemplo práctico de cómo interactúan el CrossFit, el estrés y el afrontamiento

El individuo A se hace entonces dos preguntas:

  1. ¿Es esto amenazante para mí? (valoración primaria). No conseguir mejorar mi RM de Clean & Jerk en el día de hoy sería un fracaso, por lo que me sentiría muy decepcionado (existe amenaza).
  2. Con mis recursos actuales, ¿puedo hacer frente a ello? (valoración secundaria). Llevo 3 meses haciendo trabajo específico de fuerza y progresiones para mejorar la técnica, por lo que puedo conseguir el objetivo.

Como resultado de esta valoración de la situación y de sus recursos, se activa un proceso de estrés positivo en el que percibe el WOD como desafiante, pero debido al trabajo que ha realizado previamente, se siente preparado para hacer frente a ello. Esto le lleva a activar estrategias como las autoinstrucciones técnicas y motivacionales.

¿Cómo llevarlo a la práctica?

Mat Fraser.

1. Redefine la importancia de la situación

No podemos cambiar el WOD porque viene programado por nuestro coach, pero sí podemos cambiar la importancia que le damos al mismo. No, no serás menos crossfiter si decides no ir al 200% en todos los workouts. Hay días que nuestro 100% es un 60-70%, ¡y no pasa nada!

Redefine tus objetivos, reinterpreta la situación y acomoda tu esfuerzo y perseverancia a cómo te sientas cada día. Hacer CrossFit es como escalar una montaña y, según llegas a la cima, vuelves a estar en la base al día siguiente. Algunos días llegarás, y otros no, pero lo importante es seguir caminando en esa dirección.

2. Mejora tus estrategias de afrontamiento

La activación de unas estrategias u otras de afrontamiento vendrá determinado por la valoración secundaria, pero podemos trabajarlo también de forma directa. Para aprender más sobre los tipos de estrategias de afrontamiento, os recomiendo que echéis un vistazo a este artículo donde lo expliqué más detenidamente.

3. Trabaja los 3 autos: autoconcepto, autoeficacia y autoestima.

  • El autoconcepto me permitirá saber cuáles son mis fortalezas y debilidades como atleta, lo que me ayudará a trazar estrategias individualizadas y efectivas.
  • La autoeficacia me recordará que cuento con las capacidades necesarias para hacer frente a una tarea. Este concepto se nutre de historias pasadas de éxito, por lo que es importante dedicar tiempo a trabajar nuestras fortalezas e identificar estas situaciones. Si he podido hacerlo en el pasado, la probabilidad me dice que puedo repetirlo.
  • Tener trabajada mi autoestima me recordará que el rendimiento deportivo no determina mi valía personal. Conseguir o no mejorar el RM de Clean & Jerk no me hará mejor persona y debo ser capaz de reconocer el mérito y el esfuerzo aun cuando no consiga los objetivos que me he marcado. Darme el tiempo necesario para autocompadecerme y prepararme para volver, es un síntoma de fortaleza mental, no debilidad.





- Lazarus, R. S., & Folkman, S. (1984). Stress, appraisal, and coping. Springer publishing company.