improve your performance
How memory can improve your performance

Sounds like crazy talk, right? But the truth is that basic cognitive processes such as attention and memory are key to keeping the brain fit in high-tension moments as we saw in another article. Basically, when all is said and done the main perpetrator of our victories in sport and in life is our brain so we have to figure out how to help it improve your performance.

In this article I’ll be focusing on two basic notions regarding memory. I could say a whole lot about this process but I decided to focus on two due to their application to sport performance (I’ll talk more about it soon enough).

Why do we remember bad times better than the good times?

To answer this we need to go way back and revisit the adventures our hominid ancestors went through.

When a situation causes us a negative affective response, primary fight/flight actions are activated due to a basic instinct of pain avoidance. The first men faced wild animals and lived under adverse circumstance. The things they considered as aversive were truly life-threatening events. That’s why the brain started taking note of these situations quite seriously. Why? To anticipate and prepare adequate responses if any similar event showed up in the future.

Fast forward to the present day. Our negative situations don’t usually involve any risks to our physical well-being but our brain does its job anyways. The brain is still determined to pick up any little detail from the event and our response to it in order to provide enough information should they appear once more. So, it’s not our physical survival that’s endangered but our emotional survival.

Isn’t it funny that the very thing trying to save us from despair is the one that actually causes the pain? It’s like our brain is saying: hey, remember that thing that broke your heart? Yeah, well don’t you ever forget it (just in case).

Is our memory that reliable?

Those who believe their memory is flawless (guilty), couldn’t be further from the truth. There’s a very interesting TED talk on the matter that basically comes to prove that our memory is highly unreliable and changes day to day, from one person to the next, and that’s that.

Why is that so? Well, cause we’re not robots. We register information in a rather active fashion meaning we sugarcoat it with our own experiences, emotions, principles and values. Not only when we take it all in but also when it’s already stored; it starts to interact with other memory pathways causing even more confusion and disparity.

That’s why two individuals don’t remember the same situation the same way. Which makes for interesting and absurd arguments because, if memory is unreliable, how can we be so stubborn (or stupid) to assume we’re 100% right?

How can this improve your performance?

When it comes to our attachment to negative memories, I cannot stress enough how helpful it can actually be if you wish to improve your performance.

Not too long ago, Mat Fraser said he hated his silver medal from the 2015 CrossFit Games because he didn’t do things right and it costed him his first big W. However and to this day, he likes reminiscing about that outcome because it helped him detect his failures as an athlete and allowed him to “quit cutting corners”. Ultimately, this transformed him into the 4x CrossFit Games champion we know now. Remembering something awful doesn’t need to be all that bad if we learn something from it.

improve your performance
Jeff Evans speaking to judge Carson at the Atlantic Regionals in 2016. Source: The Barbell Spin

Regarding memory’s so-called reliability… let’s reel it in and keep it humble. For many reasons. In competition and training even more so because we’re heavily influenced by our body’s activation so memory’s already biased.

A good example of how to do this the right why is Jeff Evans response to a gnarly no-rep at the 2016 Atlantic Regionals that kept him from getting back to the Games. Truth be told it was perfectly reasonable for Evans to lose his marbles and let out his fury against the judge, but that was not the case. He showed a top-notch emotional maturity by focusing only on previous execution errors in the weekend that had brought him to such a precarious situation going into the last event.

Any other athlete with poor emotional management would have sunk in the misery, going over and over the situation: the judge calling the no-rep, the feeling of devastation performing another rope climb knowing it didn’t matter anymore… but that was not the most adequate thing to do.

That’s why it’s so important to maintain a positive outlook on your memories so that you feel energized during the downfalls to improve your performance in the long run. Some athletes benefit from visualizing past mistakes to remember they don’t want to feel that way ever again; others may need to resort to past success stories. However it may be, memory can contribute to keeping the fire going but always with your two feet on the ground.

improve your performance
Cómo usar la memoria para mejorar tu rendimiento

Parece una locura, ¿verdad? Pero lo cierto es que procesos cognitivos básicos como la atención o la memoria son clave para mantener a tono el cerebro en momentos de alta presión como vimos en otro artículo. Y es que, en última instancia, es el gran culpable de mejorar tu rendimiento para alcanzar los éxitos deportivos y personales.

En este artículo en particular me voy a centrar en dos nociones básicas. De la memoria podría escribir muchas cosas pero he preferido tocar sólo dos por su aplicación al ámbito deportivo (algo más de tiempo le dedicaré en un futuro no muy lejano).

¿Por qué recordamos mejor los momentos malos?

Para responder a esto hay que pensar en la evolución que ha vivido nuestro cerebro gracias a las peripecias de nuestros antepasados homínidos.

Cuando una situación nos provoca cualquier manifestación de afecto negativo, se activan nuestras respuestas de evitación o escape por un principio instintivo de evitación del daño. Los primeros hombres se enfrentaban a animales, vivían en condiciones muy adversas y lo que ellos tenían por situaciones aversivas literalmente ponía en riesgo sus vidas. Por lo que el cerebro empezó a tomar nota de estas situaciones con más dedicación. ¿Para qué? Para estar preparado para atacar o escapar ante el menor indicio de estar ante una situación parecida.

Ahora viajamos de vuelta al presente. Nuestras situaciones negativas no suelen implicar un riesgo inminente para nuestra integridad física pero el cableado de nuestro cerebro es el mismo. El gran jefe sigue dedicado a listar con detalle las situaciones que nos han hecho daño para que podamos evitarlas lo mejor posible. Ya no es nuestra supervivencia física la que está en juego, sino la emocional.

Qué paradójico que el solo hecho de recordar lo malo con más detalle sea, en sí, tan doloroso, ¿verdad?

La memoria: un testigo ¿fiable?

Para aquellos que tienen a bien que su memoria es infalible (algo de lo que me declaro culpable), no pueden hallarse más lejos de la realidad.

Para comprobarlo os propongo un sencillo experimento: ve el siguiente vídeo y, una vez termine, responde a este cuestionario:

¿De qué color es el coche que conduce?
¿De qué color son las llantas?
¿De qué marca es el coche?
¿Qué canción escucha el conductor?
¿Qué ropa lleva el conductor?
¿Cuál de los atracadores masca chicle?
¿En qué lado de la boca tiene el lunar el conductor?
¿Cómo se llama el banco que atracan?
¿En qué dirección arrancha el coche para escapar?
¿Cuántos semáforos se salta?

Mañana sobre la misma hora (a ser posible) vuelve a contestar el cuestionario sin volver a ver el vídeo y sin mirar tus anteriores respuestas. Y pasado mañana, repites el proceso. Cuando tengas las tres versiones, compáralas. ¿Son copias calcadas o hay diferencias entre unas y otras?

¿Por qué hay disparidad entre versiones? Pues porque no somos robots, hombre. Registramos de forma activa la información por lo que – inconscientemente – la aderezamos con nuestras propias experiencias, emociones, principios y valores. Y no sólo en el momento del registro sino que, cuando ya es almacenada, interactúa de forma muy dinámica con otros recuerdos ya guardados.

Por eso dos personas no recuerdan la misma situación de igual manera. Lo que hace que las discusiones sean tan interesantes y tan absurdas porque, visto que la memoria es traicionera, ¿cómo puede uno estar tan seguro de llevar la razón?

¿Cómo aplicamos estas nociones al deporte?

Respecto al primero – esa mala manía de que constantemente nos acordemos de aquel jerk fallido que nos costó un primer puesto -, decir que no tiene por qué ser tan negativo e incluso puede servir para mejorar tu rendimiento.

Hace no mucho, Mat Fraser dijo que odiaba la medalla de plata de 2015 porque no había hecho las cosas bien y le costó la victoria. Sin embargo, a día de hoy, le gusta mirar esa medalla porque le sirvió para detectar sus fallos y dejar de escurrir el bulto. Lo que le ha convertido en el atleta más en forma del mundo 4 años consecutivos desde aquel tropiezo. Recordar algo malo no tiene por qué ser tan devastador si sabemos aprender de ello.

mejorar tu rendimiento
Jeff Evans hablando con el juez Carson en los Atlantic Regionals de 2016. Fuente: The Barbell Spin.

Y en cuanto a la fiabilidad de la memoria… por favor, ejerzamos la humildad en la medida de lo posible. Por muchos motivos. En competición o entrenando vamos a estar fuertemente influenciados por esa activación por lo que ya estamos sesgando la memoria.

Un buen ejemplo para verlo es con los no-reps en competición. Jeff Evans tuvo un no-rep muy costoso en los Atlantic Regionals de 2016 que le privó de volver a los Games. La verdad que era dudoso por lo que pudo sentir mucha rabia contra el juez (aunque resultó ser legítimo). Sin embargo, mostró una madurez emocional de 10 al ceñirse única y exclusivamente a los errores previos en la competición que le llevaron a estar en una posición tan precaria durante el último evento.

Otro atleta con una peor gestión emocional hubiera entrado en bucle, recordando una y otra vez el gesto del juez, la sensación de devastación al hacer otro rope climb sabiendo que ya daba igual… pero eso no era lo más adecuado dada la situación.

Por eso es importante que le deis el enfoque más positivo posible a vuestros recuerdos y que la memoria sirva para mantener la energía en los días duros y conseguir mejorar tu rendimiento. A algunos les ayudará más visualizar los fracasos anteriores para recordar que no quieren que vuelva a pasar; otros quizá necesiten recurrir a sus historias pasadas de éxito. Sea como fuere, la memoria puede ser de gran utilidad para mantener viva la llama pero siempre con pies de plomo.

cognitive restructuring
Cognitive restructuring or how to own your thoughts

I’ve said a thing or two about cognitive restructuring but I haven’t dedicated too much time to it. It’s crazy considering it’s the bread and butter of any psychologist who follows the CBT, so here we go!

Cognitive restructuring is the active modification of our thought content. The tool is the ABC model created by psychologist Albert Ellis in the framework of his Rational Emotive Therapy (1973). The premise is that cognition, emotion and behavior are mutually inclusive rather than pure and separate entities.

In the ABC model, the A refers to activating situations, B to beliefs about these events and C to emotional and behavioral consequences. This sequence comes to say that what we think depends on what we live and deeply influences what we do. It’s only logical that if we wish to act a certain way, we depend on our thoughts to guide us in the intended direction.

Examples:

Performing your first ring muscle up is hard enough…imagine sprinkling it with a touch of insecurity to make that much harder.

But don’t you worry because luckily we don’t have a passive role in writing our thoughts, it’s actually quite the opposite. I can’t change the situation but I can change the way I look at it. Let’s try one more time, shall we?

Careful now! This doesn’t mean you’ll get it on your first try. But avoiding negative self-talk will allow to try as many times as needed until you achieve the goal. And it’s not about building up a fake sense of confidence but being realistic and reality is that if you practice a couple hundred times…you will get it eventually.

What if the situation won’t ever change?

This is the high-level division. Changing your thought process in regards to an emotionally charged situation that can’t ever change can be very, very complicated. But just like the muscle up… after a couple hundred attempts, you end up getting it.

Imagine you lose a competition at the very end to an execution error in the final event. All those training hours suddenly become useless, you feel like you’ve let down friends, family and everyone who rooted for you. It’s quite normal to feel beat down and to even stay away from CrossFit for a while. 

But that can’t last forever. Worst case scenario, that situation leaves a crack in your self-confidence that, in the long run, keeps you from tapping your real potential. 

Remember: our thought process is a dynamic one. We can change it at our own convenience – for better or for worst -. Try to keep your thoughts in the light for the most part to keep moving forward (even when you least feel like it).







Ellis, A. (1973). Rational-emotive therapy (pp. 32-44). Big Sur Recordings.