Frustration: how to kill it with acceptance
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Source: @fikowski (Brent Fikowski’s Instagram)

Frustration tolerance is our ability to accept a situation that is unwanted without it affecting us significantly. It’s one of those things that doesn’t seem to play that big a role. Maybe, on a smaller scale, that could appear to be true; but if you look at the bigger picture, we’re talking about something that will be directing our emotional state in one direction or another.

Why? Because we’re exposed to a ridiculous amount of frustrations (shocker). Ranging from minimal frustrations like banging your toe on the door all the way to serious frustrations like arguing with your spouse. All of them – big and small – can have a cumulative effect on you and if you don’t learn how to manage your emotional reaction, you can end up feeling like crap without knowing why.

Frustration is heavily rooted into CrossFit

Naturally, frustration has a VIP section in sports and, of course, CrossFit. We’ve been talking about this for some time: CrossFit is a sport that faces you with challenges on a daily basis. This goes hand in hand with frustration because there will be times when the challenge is too much for you. You won’t nail butterfly pull-ups on your first day. You won’t PR your back squat every week. You probably won’t get the hang of double unders for at least a couple of months. And that’s ok.

Frustration – well managed – is quite truly the best thing that can happen to you (both as a person and an athlete). When your faced with an obstacle you can’t surpass on your first attempt, you’ll learn to go looking for a solution. This will boost your frustration tolerance.

Talking shit about the obstacle itself and making excuses (“it’s too high”, “whoever put it here is trying to mess with me”, “it’s impossible”) is a symptom of low frustration tolerance. And if you want to learn how to fight it, you have to learn to accept the present situation in order to try and go change it – when possible –.

What if frustration is inevitable?

The good thing about CrossFit is that frustrations that happen during the learning phase don’t last forever. Our abilities slowly improve, allowing us to incorporate new and complex movements to our repertoire. Depending on the athlete’s ambitions, of course (not all of us want to learn how to do 12 unbroken ring muscle-ups).

But, what about those who aspire to the highest level? Those who want to compete with the big dogs. Those aspirations are flooded with complex and inevitable frustrations: injuries, failure in competition, pre-competitive anxiety and so on. It’s even more important to learn frustration tolerance.

There will be moments when you’ll have to just accept second place, or an execution error that keeps you off the podium by one point, or an unfortunate injury. You can’t argue with reality and, once you accept the present, you’ll be freed of an unnecessary weight that keeps you from moving on.

Frustration hates a winner

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Rich Froning dominating a rope climb event after bombing the finals in 2010. Source: CrossFit Games 2011.

Although frustration is sometimes inevitable, you can always “force” your way towards victories. There are a million goals waiting for you to go after them and, even though they may be out of reach (for now), you can still go chasing others.

The other day I wasn’t really feeling like myself in the WOD. When I finished, all I wanted to do was leave. But not like that. So, I decided to spend the next 15-20 minutes practicing max height box jumps. I had no plan and no expectations. I somehow managed to build up to new personal record – which I hadn’t anticipated – so my sensation changed. Instead of leaving a negative memory, I traded it for the satisfaction of a small improvement.

I guess what I’m trying to say is that frustration tolerance is nothing but the ability to accept “no” for an answer. Life won’t always give you what you want because the world doesn’t owe you anything. It doesn’t matter if you deserved it or not. It is what it is. Learn acceptance and keep walking forward.

tolerancia a la frustración
La tolerancia a la frustración: ese gran desconocido

La tolerancia a la frustración sería nuestra capacidad para aceptar una situación que nos genera malestar sin que ello nos afecte significativamente. Es una de esas cosas que parecen no ejercer un papel demasiado importante. Quizá, a pequeña escala pueda ser cierto; pero en el cómputo global, estamos hablando de algo que va a dirigir nuestro estado afectivo en una dirección o en otra.

¿Por qué? Es simple. Estamos expuestos a infinidad de frustraciones. Desde situaciones de frustración mínima como darse con el pico de la cama en el meñique hasta eventos algo más relevantes como recibir una bronca de tu superior. Todas ellas (cotidianas y relevantes), pueden tener un efecto acumulativo y si no aprendemos a gestionar nuestra reacción emocional, podemos sentirnos abatidos sin saber por qué.

La frustración inherente al CrossFit

Por supuesto, hay un sector reservado para las frustraciones deportivas y más concretamente el CrossFit. Lo venimos hablando desde hace tiempo: el CrossFit es un deporte que te enfrenta a desafíos diariamente. Esto va de la mano con la frustración porque habrá momentos en los que el desafío te supere. No vas a hacer butterfly pull-ups el primer día como si nada. Ni vas a mejorar tu RM en sentadilla, semana tras semana. Seguramente, se te resistan los saltos dobles unos meses. Y no. pasa. nada.

De hecho, la frustración – bien interpretada – es lo mejor que te puede pasar (como persona y como deportista). Cuando se te presente un obstáculo que no puedas superar en tu primer intento, aprenderás a ir en busca de la solución. Eso incrementará tu tolerancia a la frustración.

Hablar mierda del obstáculo y poner excusas (“es demasiado alto”, “el que lo ha puesto aquí me quiere fastidiar”, “es imposible”) es síntoma de una baja tolerancia a la frustración. Si quieres aprender a combatirlo, debes aprender a aceptar la situación presente para ponerte a trabajar cuanto antes para cambiarlo – si se puede –.

Qué hacer cuando la frustración es inevitable

En el CrossFit, lo bueno es que las frustraciones derivadas del período de aprendizaje tienen su fecha de caducidad. Nuestras habilidades van mejorando por lo que vamos incorporando más movimientos a nuestro repertorio. Depende de las ambiciones del atleta, claro (no todos tenemos que aprender a hacer 12 ring muscle-ups seguidos).

Pero, ¿qué ocurre con los que aspiran a más? Esos que quieren llegar a competir con los grandes. Ahí te enfrentas necesariamente a frustraciones mucho más complejas: lesiones, fracasos, ansiedad pre-competitiva, etc. Más importante aún es que sepas tolerar la frustración.

Habrá ocasiones en las que tengas que aceptar un segundo puesto, un error de ejecución que te deja fuera por un punto o una lesión desafortunada. No se puede discutir con la realidad y, una vez aceptes el presente, te quitarás el lastre que te impide avanzar.

A la frustración no le gusta verte triunfar

tolerancia a la frustracion
Rich Froning ganando un evento con subida de cuerda después de su estrepitoso fallo en 2010. Fuente: CrossFit Games.

Aunque haya veces que no podamos evitar frustrarnos, siempre se pueden “forzar” victorias. Hay miles de objetivos esperando a que los persigas y, aunque algunos se queden fuera de tu alcance (por ahora), puedes ir en busca de otros.

El otro día me pasó que no estaba dando mi mejor versión en el WOD. Cuando terminé, se me quedó cara de seta y lo único que quería era irme. Pero no así. Por eso, decidí dedicar 15-20 minutos a hacer saltos máximos en cajón. Sin ningún plan. Sin expectativas. Saltando sin presiones. Conseguí mejorar mi récord personal por 3 cm – cosa inesperada – y mis sensaciones cambiaron. En vez de dejar una huella de memoria negativa, la cambié por la satisfacción de una pequeña mejora. Ya ni me acordaba de lo mal que me había ido en el WOD.

En resumen, la tolerancia a la frustración no es más que la habilidad para aceptar un “no”. La vida se va a negar a darte lo que deseas muchas, muchas veces, porque el mundo no te debe nada. Da igual si te lo mereces o no, es lo que hay. Por ello, te invito a que aprendas a ejercer la aceptación. Practica con situaciones cotidianas pequeñas y así te preparas para golpes más contundentes.

mentalidad
Cómo mejorar tu fortaleza mental

4 consejos para tener una mentalidad ganadora

En mi experiencia con el deporte, he visto esto demasiadas veces. Deportistas que tienen un gran potencial que demuestran continuamente en entrenamientos, amistosos, etc… es decir, contextos de baja presión. Sin embargo, cuando se trata de rendir en competición, su mentalidad les falla y ese potencial sufre las consecuencias.

La gente ha confiado demasiado en modificar metodologías o entrenadores sin haber encontrado ninguna solución. Este artículo es para esa gente. Para enseñaros que lo que tiene que mejorar es la fortaleza mental del deportista.

Y no, no voy a usar las típicas frases motivacionales de las que tanto se abusa hoy en día por los charlatanes del fitness. Más bien, voy a traducir esas frases en acciones sobre las que realmente podréis trabajar y mejorar. Porque, seamos realistas, ¿cómo sé si realmente estoy mostrando una mentalidad ganadora? Aquí te van unos consejos para lo puedas practicar – del mismo modo que lo harías con tu snatch – para dejar de hundirte bajo presión.

1. No dudes

Más concisa no se puede ser con esta frase. Lo que necesitas, antes de nada, es liberar a tu mente de información poco útil. Si has leído alguno de mis post, ya sabes que la capacidad de la atención es muy limitada. Si la sobrecargamos, nuestro rendimiento desciende. Conseguir esa concentración máxima depende únicamente de dónde pongamos el foco atencional. Usa el diálogo interno para dejarle a tu atención que rinda sin presiones. No atiendas al futuro próximo aunque esté a dos minutos. 

¿Qué movimiento toca ahora? ¿A quién tengo enfrente? Eso es lo que debe ocupar tu atención. Los pensamientos automáticos negativos como “¿Y si fallo en la recepción del jerk? ¿Y si me quemo demasiado rápido?” en la vida te van a hacer falta. EN LA VIDA.

2. Confía en ti mismo

Probablemente te sientas idiota diciendo que confías en ti mismo cuando realmente no lo estás haciendo, pero es importante que lo hagas. Puedes entrenar todo lo que quieras. Sacrificarlo todo y esforzarte al máximo en cada sesión. Pero, ¿sabes qué? Hay otros tanto atletas que entrenan más que tú. Hasta el punto en que están quemados física y mentalmente. Esos atletas nunca ganarán los Games.

En la élite, todos los atletas tienen la capacidad física necesaria para ganar los Games. Va a depender, en última instancia, de las diferencias personales, las que vienen dictadas por la mentalidad. Necesitas saber al 100% que eres capaz de superar obstáculos mejor que cualquier otro. Debes saber, en el fondo, que TÚ eres el que prospera bajo presión. Si hay un evento que favorezca tus virtudes, tienes que ir a por la victoria. Tendrás otros tantos eventos para ser conservador. Identifica las situaciones donde puedes brillar y ve a por todas.

El buen rendimiento es una consecuencia de la autoconfianza, y no al revés. Has tenido éxito en situaciones pasadas; utilízalas para darle un repunte a tu autoestima. Te sorprendería ver cómo se dispara la motivación cuando es dirigida hacia una meta poderosa. Esa es la magia de la competición. Estás tan enfocad@ en ganar que se te olvida lo mucho que te está doliendo todo. Utiliza tu propia autoconfianza como motivador.

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3. Exponte al fracaso para endurecer tu mentalidad

En competición no (obvio), pero hazlo a menudo en entrenamientos. Debes encontrar las cosas donde eres menos competente y hacerlas con mucha más frecuencia. No sólo porque esto te dará maestría y conocimiento explícito sobre la técnica, sino porque también aprenderás a afrontar el fracaso. Eso es lo realmente difícil. Volver a subirse a la tabla a pillar una ola cuando las últimas 7 veces te ha tragado y escupido sobre la orilla. Hacer 20 ring muscle-ups seguidas es una nimiedad en comparación. 

Mat Fraser aprendió a esprintar con atletas adolescentes. Le dieron pal pelo. Repetidamente. ¿Qué pasó en los Games de 2016? Que masacró a los demás en el evento de sprint. Pero antes de eso, había tenido que afrontar un fracaso doble en 2015, quedando de los últimos en dos eventos de sprint. Se enfrentó a ese fracaso más aún, siendo ampliamente superado por críos de 14 años. Pero eso le sirvió para reforzar su mentalidad aprendiendo a tolerar su frustración.

La gente que se queda en su zona de confort y evita enfrentarse a la frustración de fallar continuamente, nunca serán lo suficientemente buenos. Ni física ni mentalmente. 

4. Encuentra la estrategia de afrontamiento que mejor te funcione

A lo largo de una competición, te las vas a ver con situaciones inesperadas. Es algo consustancial a las competiciones. Dada la naturaleza impredecible de los Games, puedes cagarla en un evento. Pero tienes que reencontrar un estado mental óptimo para enfrentarte al siguiente. Es decir, necesitas ser eficiente en la transición mental de un evento a otro.

Algunos usan el humor. Otros, buscan el apoyo social de familiares y amigos. A lo mejor, necesitas estar sólo para darte un instante de auto-compasión. Sea lo que sea, hazlo y rápido. Porque si intentas meterlo bajo la alfombra a ver si desaparece por arte de magia, te tengo malas noticias… Sin quererlo, estarás incrementando una carga invisible que no te va a permitir sacar lo mejor de ti. El bagaje emocional pesará demasiado. Esos que dicen “No me sentía bien pero no sé por qué”. Eso es un síntoma claro de un afrontamiento ineficaz. Si experimentas cualquier contratiempo, afróntalo cuanto antes para seguir adelante.