The Fittest, el control percibido y el afrontamiento
The Fittest es la nueva película de Buttery Bros (Heber Cannon y Marston Sawyers), dos de los encargados de llevar a la pantalla la historia de los CrossFit Games entre 2014 y 2017. Y, para hacerlo, han usado cada año una narrativa:
- Rich Froning convirtiéndose en el primer tetracampeón como individual (2014)
- Ben Smith y Katrin Davidsdottir alcanzando la cima por primera vez (2015)
- Davidsdottir defendiendo su título en un duelo encarnizado con Tia-Clair Toomey y Mat Fraser consiguiendo por fin su ansiada medalla de oro (2016)
- La redención de Toomey ganando su primer oro y el dominio total y absoluto de Mat Fraser (2017).
Este año la historia se presentó a sí misma gracias a Greg Glassman y Dave Castro: cambio en el sistema de clasificación e internacionalización de los Games, cortes y modificaciones del sistema de puntuación. Entonces, a Cannon y Sawyers les surge la pregunta: con todos estos cambios, ¿seguirán encontrando a la mujer y al hombre más en forma del planeta?
Ese análisis se lo dejaré a otros ya que ese tipo de opiniones abundan en internet. Prefiero centrarme en los mecanismos psicológicos que subyacen a los testimonios de los atletas, en particular, el control percibido y el afrontamiento.
CrossFit: el reino de la incertidumbre
El «Deporte del Fitness» es muy joven pero su crecimiento ha sido exponencial desde la primera competición oficial en 2007. Y, desde sus inicios, su creador Greg Glassman ha tenido claro que «lo desconocido e imposible de conocer» serían las piedras angulares de la programación.
Esto, además de surtir un efecto maravilloso a nivel de marketing, ha revolucionado el mundo del fitness. La posibilidad de improvisar rutinas en aras de prepararse para lo desconocido ha resultado de lo más atractivo para millones de personas alrededor del mundo; ¡y nosotros que nos alegramos!
Sin embargo, esta aparentemente irrelevante pieza causa estragos cuando pensamos en el sector de la alta competición en CrossFit. Que un atleta profesional tenga que hacer malabares para adaptarse a continuos cambios requiere de un control percibido bien orientado y un afrontamiento adaptativo; rasgos que salieron (o no) a relucir en los 2019 CrossFit Games.
El control percibido como mediador
La incertidumbre es una constante en nuestra interacción con el entorno y, pese a estar continuamente expuestos a ella, muchos seguimos sin saber tolerarla. Y en ausencia de una adecuada gestión de la incertidumbre, surgen emociones negativas que como sabemos interfieren de forma negativa sobre el rendimiento.
Voy a usar como cabeza de turco a Pat Vellner habida cuenta de que Cannon y Sawyers habrán dejado los fragmentos más «jugosos» de su discurso para efecto dramático. Y es que en la película, el canadiense no se corta a la hora de expresar su desacuerdo con los cortes y la programación de los Games.
Al margen de que tenga más o menos razón al criticar el corte en un sprint, la programación del benchmark WOD «Mary» o el que los eventos de «típico CrossFit» se reservaran para el final, lo que me inquieta es esa perspectiva antagonista. Estamos hablando de un atleta muy capaz que ha estado en el podio 3 veces en sus 4 apariciones en los Games. Que, anteriormente, se ha beneficiado del formato sin cortes de los Games para ir escalando posiciones gradualmente según avanzaba la competición. En el momento en que se ha visto obligado a rendir desde el principio, se ha quedado para vestir santos pasando de una medalla de plata en 2018 a quedar 16º en el mundo.
¿Está en su peor momento de forma? Por supuesto que no, pero Dave Castro no falla a la hora de poner bajo presión a los atletas de élite; y ese elemento cae fuera del control de todos ellos. La energía usada para criticar las decisiones de la cúpula del CrossFit, es energía que podría usarse para mejorar su grave problema de inconsistencia. ¿Le ayudará quejarse porque su trineo no iba igual de rápido que el de Noah Ohlsen? ¿Le dará puntos decir que Mary es un WOD absurdo para los Games porque mide 10 cm más que Fraser? La respuesta es no.
«Me frustra y estoy decepcionada, pero también sé que no debería haberme encontrado en esta situación igualmente.»
Annie Thorisdottir, declaraciones tras no superar el corte.
Aquí es donde el control percibido ejerce como variable mediador para la eficacia del afrontamiento de estresores. Lo único que puede controlar un deportista son sus propias acciones: cómo entrena, cómo duerme, cómo se alimenta, cómo se recupera. Cualquier elemento que caiga fuera de ese círculo, debe desestimarse. No debe consumir recursos que, como sabemos, son limitados.
Esto, como ya vimos en otro artículo, Fraser lo hace a las mil maravillas. Tenía un cardio horrible en 2013 que le dejó fuera de los Games; desde entonces no ha quedado nunca fuera del top 20 en eventos largos. En 2015 hizo el ridículo en los dos eventos de sprint; al año siguiente quedó segundo en el sprint. Él tenía claro que contaba con los recursos necesarios y esto posibilitó un afrontamiento eficaz de los estresores específicos relacionados con su rendimiento.
La importancia de un adecuado afrontamiento
Los que han alcanzado la longevidad en este deporte presentan rasgos comunes y el que más sobresale a mi entender es su capacidad para afrontar la tremenda incertidumbre inherente a la competición. No saber si te va a tocar personarte a las 3:30 A.M. en el hotel para volar al Rancho y empezar allí el primer día de competición o si quedar fuera de los 10 mejores en un sprint te va a dejar fuera o no, forma parte del CrossFit de élite y, si no aprendes a gestionarlo de modo que no interfiera con tu rendimiento, no durarás mucho.
Greg Glassman y Dave Castro tienen una visión muy singular para los CrossFit Games y no buscan adaptarse a las condiciones particulares de nadie; quieren dar un buen espectáculo. Los atletas que no sepan seguir esas premisas, que empiecen a ubicar mejor su locus de control o que se queden fuera del corte en el intento.