5 cosas que deberías saber acerca del dolor
El dolor es una consecuencia ineludible del ejercicio físico. Cuando realizamos alguna actividad física, lo hacemos a sabiendas de que eso puede conllevar a algún tipo de dolor. Sin embargo, aunque todos compartimos esta carga, la experiencia difiere de un atleta a otro.
De modo que el objeto de este artículo es el de explicar 5 aspectos del dolor asociado al ejercicio físico que quizá no conocías y, como es menester, usaremos el CrossFit como vehículo para ilustrar mejor estas nociones.
Pero… ¿qué es el dolor?
Las teorías pioneras establecieron una causalidad entre la experiencia del dolor y algún tipo de tensión muscular. Pero esto no conseguía explicar fenómenos como molestia en los miembros fantasma o atletas que rinden a un nivel increíble pese a estar lesionados.
A día de hoy, el dolor se define como “una desagradable experiencia sensorial y emocional asociado a un daño en el tejido potencial o real” ( 1979, en Roessler, 2005). Dos cosas a resaltar: el componente emocional y que pueda existir con o sin daño tisular real. Eso resuelve tanto el problema del miembro fantasma y el caso de los atletas “invencibles”.
Los aspectos subjetivos del dolor pueden describirse en tres dimensiones: la sensorial (“esto quema”), la afectiva (“esto es un castigo”), o como una cualidad relativa (“es insoportable”). Todas tienen en común el hecho de que dependen de las diferencias individuales.
1. Hay una puerta hacia el dolor
¿Alguna vez te ha pasado que se te abre una herida en la mano en pleno fulgor del WOD y cuando terminas y ves la sangre empieza a dolerte de repente una barbaridad?
Bueno, quizá no fuera eso exactamente lo que le pasó a Melzack, pero tuvo a bien de traernos la teoría predominante en las investigaciones sobre dolor: la teoría de la puerta (1973). Esto modelo sugiere que existe una puerta en la médula espinal que permite que los impulsos de dolor lleguen a niveles cerebrales superiores.
Abrir la puerta y liberar todo el proceso depende en última instancia de factores subjetivos como el miedo, la concentración o la atención. Por tanto, el dolor no existe; es real cuando tomamos conciencia de él.
2. Ciertas situaciones tienen un efecto diferencial sobre la experiencia
Imagina a dos atletas haciendo el mismo CrossFit Open workout. Uno de ellos intenta quedar entre los 20 primeros del mundo para conseguir su sueño de competir en los CrossFit Games; el otro, está participando en su primer Open. Cuando se den con el muro del dolor, uno empujará contra él y otro bajará un poco el ritmo para que duela un poco menos. Adivina quién es quién.
Algunos autores arguyen que la experiencia de dolor es una función del significado de una situación (Litt, 1988). Si las circunstancias que rodean la experiencia son relevantes para el individuo (clasificarse para los Games) esto puede influir sobre la intensidad percibida o las conductas de dolor.
3. El dolor puede verse como un fin o como un medio
Muchos atletas practican deporte como un camino hacia la autorrealización. Buscan esos límites físicos por pura curiosidad o deseo (Roessler, 2005). Para algunos, esta búsqueda se convierte incluso en una expresión de la identidad de uno mismo. El dolor sirve como indicador de que están en ese umbral desconocido, de modo que es algo positivo.
Para otros, el dolor es simplemente un requisito del deporte. Son los que viven por y para el “sin dolor no hay gloria”. La única forma de conseguir otros beneficios y metas es a través del sufrimiento físico. Soportar grandes cargas físicas y mentales durante los entrenamientos les prepara para la competición.
“No me encanta hacer intervalos de remo o sentadillas pesadas. Esa mierda duele. Pero el día que llegas y subes la mejor puntuación, esa es la sensación que busco” – Mat Fraser
Entrevista con CrossFit HQ
4. El control percibido es una llave maestra
El control percibido es una de esas variables psicológicas con afán de protagonismo. Y así ocurre que con la experiencia de dolor es una de las mediadoras principales.
El control puede definirse como la creencia de que uno tiene a su disposición una respuesta que puede influir sobre lo desagradable de una situación (en Litt, 1988). Hay dos tipos de control pueden ser relevantes: el control cognitivo, procesar la información de modo que hacemos menos estresante una situación potencialmente amenazante; o control decisional, tener la oportunidad de elegir entre varios cursos de acción.
Sam Briggs clasificándose para los Games en los Regionales de 2015 con el pie roto o Scott Panchik quedando 6º a nivel mundial en los Games ese mismo año con una fascitis plantar severa son perfectos ejemplos de cómo el control percibido puede moderar una experiencia dolorosa.
5. Algunas estrategias de afrontamiento pueden aliviar el dolor
Si funciona en estresores psicológicos, parece sensato probar la efectividad de algunas estrategias de afrontamiento sobre el dolor físico. Si buscas mejorar tu tolerancia al dolor, puedes trabajar dos rutas:
- Intentar cambiar tu evaluación del dolor: esto tiene que ver con las circunstancias que rodean al evento y también el significado que tiene para nosotros.
Por ejemplo, yo siempre le he tenido demasiado respeto al dolor. Me encanta pero me daba miedo pasarme de la raya. No fue hasta que hice los 1,000 burpees que me di cuenta de que el dolor es solo eso. No me voy a morir si corro un poco más rápido, si hago una repetición más. Mi visión ha cambiado hasta tal punto que no huyo del dolor cuando aparece y de alguna manera, ser consciente de él hace que sea más llevadero. - Usar tareas distractoras: probablemente sea la forma más habitual de afrontar el dolor. Cuando estás haciendo intervalos de remo o algún Hero WOD interminable, puedes recurrir a tareas distractoras para desatender los inputs de dolor que intentan abrir la puerta hacia nuestra conciencia.
Por ejemplo, yo suelo contar. La cantidad de gente que pasa por el parque al lado de mi #terrazafit, cuento 10 respiraciones antes de mirar a la pantalla, cuento mi descanso entre repeticiones, etc. porque en el momento en el que dejo mi mente “en blanco” mi foco atencional va derechito hacia el dolor. Contar evita eso. Si la cosa funciona…
- Litt, M. D. (1988). Self-efficacy and perceived control: cognitive mediators of pain tolerance. Journal of personality and social psychology, 54(1), 149. - Melzack, R., & Wall, P. D. (1965). Pain mechanisms: a new theory. Science, 150(3699), 971-979. - Roessler, K. K. (2005). Sport and the psychology of pain. New Approaches to Sport and Exercise Psychology, 30, 83. - Ryan, E. D., & Kovacic, C. R. (1966). Pain tolerance and athletic participation. Perceptual and Motor Skills, 22(2), 383-390.